BUSCAR
LA PAZ Y NO LA GUERRA
"Los
tontos fácilmente se enojan; los sabios perdonan la ofensa." Proverbios
12:16
Hoy
quiero compartirles algo que aprendí del ministerio "peacemaker"
(pacificadores), quienes se dedican a ayudar a las personas enseñándoles como
lidiar con los conflictos interpersonales. La manera en que ellos presentan las
opciones de acción es para mi muy útil y espero que para ustedes también.
Los
conflictos pueden hacer que la vida sea muy incómoda. A menudo nos encuentran
con la guardia baja y nos llevan a decir o hacer cosas que luego lamentamos.
Cuando alguien nos ofende, podemos reaccionar sin pensar.
El
ministerio peacemaker nos dice que las personas tienen tres tipos de respuestas
ante el conflicto:
1.- Respuestas
de escape: Cuando se está más interesado en evitar o alejarse de un conflicto
que en resolverlo.
A.-
Negación: Una forma de escapar del conflicto es hacer de cuenta que un problema
no existe. Estas repuestas traen sólo alivio temporal y normalmente
empeoran las cosas (ver 1 Samuel 2:22–25).
B.-
Huida: Otra forma de escapar del conflicto es huir. La huida puede ser legítima
en circunstancias extremas (ver 1 Samuel 19:9,10), pero en la mayoría de los
casos sólo posterga una solución adecuada del problema.
C.-
Suicidio: Cuando las personas pierden toda esperanza de resolver un conflicto,
pueden buscar escapar de la situación intentando quitarse su propia vida (ver 1
Samuel 31:4). El suicidio nunca es la forma correcta de tratar un
conflicto.
2.-
Respuestas de ataque: Cuando se está más interesado en ganar un conflicto que
en preservar una relación.
A.-
Agresión: Algunas personas tratan de vencer a un oponente usando diversas
formas de fuerza o intimidación, como ataques verbales (incluyendo el chisme o
la calumnia), violencia física o esfuerzos para dañar a una persona
financieramente o profesionalmente (ver Hechos 6:8–15). Esta conducta siempre
empeora los conflictos.
B.-Litigio:
Si bien algunos conflictos pueden ser llevados legítimamente ante un juez civil
(ver Hechos 24:1–26:32; Romanos 13:1–5), las demandas generalmente dañan las
relaciones, reducen nuestro testimonio cristiano y a menudo no logran una
justicia completa. (1 Corintios 6:1–8; Mateo 5:25,26).
C.-
Asesinato: En casos extremos, las personas pueden estar tan desesperadas por
ganar una disputa que intentarán matar a quienes se les oponen (ver Hechos
7:54–58). Si bien la mayoría de las personas difícilmente lleguen a matar a
alguien, nunca debemos olvidar que podemos ser culpables de asesinato a los
ojos de Dios cuando albergamos ira o desprecio en nuestro corazón hacia otros
(ver 1 Juan 3:15; Mateo 5:21,22).
3.-
Respuestas de paz: Hay tres formas bíblicas de resolver los conflictos
personalmente y privadamente, sólo entre usted y la otra parte.
A.-
Pasar por alto una ofensa: Muchas disputas son tan insignificantes que deben
ser resueltas pasando por alto silenciosamente una ofensa. (Proverbios 19:11).
Pasar por alto una ofensa es una forma de perdón e involucra una decisión
deliberada de no hablar de ella, pensar en ella o dejar que se transforme en
amargura o ira contenidas.
B.-
Reconciliación : Si una ofensa es demasiado seria como para pasarla por
alto o ha dañado nuestra relación, tenemos que resolver temas personales o
relacionales a través de la confesión, la corrección amorosa y el perdón.
(Colosenses 3:13).
C.-
Negociación: Aun cuando resolvamos exitosamente temas vinculados a la relación
entre las partes, tal vez necesitemos todavía solucionar temas materiales
relacionados con dinero, propiedad u otros derechos. Esto debería hacerse a
través de un proceso de negociación cooperativa en el que usted y la otra
persona buscan llegar a un acuerdo que satisfaga las necesidades legítimas de
cada lado. (Filipenses 2:4).
Amados,
mi deseo es que Dios nos ayude a ser pacificadores en un mundo donde el
conflicto es parte de nuestra vida.