¿EN QUE HEMOS
CONVERTIDO AL BAUTISMO?
Como ya saben durante toda mi
vida he crecido en medio de las iglesias cristianas, específicamente dentro de
mi amada denominación Bautista, de la cual aún soy pastor. Me bautice a los 13
años, aun y cuando tengo recuerdos vivos de haber recibido al Señor Jesús como
Salvador a mis tempranos 4 años de edad, gracias a la presentación del
evangelio por parte de mi padre, quién me ilustro Apocalipsis 3:20 con la
puerta de la entrada de la casita donde vivíamos en aquel entonces. Recuerdo
que cuando fui confrontado con la idea del bautismo habían muchas cosas a
considerar, primero, yo debía recibir una cantidad estipulada de clases de
doctrina; luego yo sería presentado a la asamblea para ser interrogado y esperar
ser “Aprobado” por la asamblea para el bautismo; por último, esperar el día y
la hora para realizar el acto.
Esta práctica fue mi práctica
durante muchos años, ya que casi siempre uno continuo haciendo lo aprendido sin
cuestionarlo, es parte de la tradición, de la cultura y de la filosofía organizativa
de nuestra denominación. ¿Pero es parte de la correcta interpretación bíblica? ¿Hasta qué punto la tradición y la filosofía
se deben sobreponer a la verdad de la Palabra? ¿Hay algún error en nuestra
práctica?
Si hay algo que me hace sentir
orgulloso de ser Bautista, es nuestro amor por el estudio de la Biblia, es
decir, la teología que nace del estudio serio de la Biblia y da como
consecuencia la pureza doctrinal. Pero eso no quiere decir que somos
perfectos. Con el bautismo, así como con
algunos otros temas, no estamos libres de seguir nuestras tradiciones y
preferencias que no resultan en otra cosa más en que al igual que los fariseos “…Imponen
mandamientos muy difíciles de cumplir…” Mateo 23:4. Estoy seguro que inclusive
las intenciones no han sido esas, varios factores hacen que esto ocurra. No
podemos olvidar la carga espiritual exagerada que el trasfondo católico han
puesto sobre el bautismo al considerarlo un “sacramento”, es decir, que su cumplimiento
contribuye con la salvación, cosa que no es bíblica; pero durante años ha hecho
que muchos, sobre todo hispanos se acerquen a la idea de bautizarse como algo súper
espiritual y se invaden de temor al no sentirse dignos de merecerlo.
Si a esto le agregamos que en la
mayoría de nuestras iglesias bautistas tenemos una lista de exigencias y
requisitos “exagerados”, y “extra bíblicos” para poder ser bautizados, de
alguna forma continuamos trayendo confusión sobre este tema. Permítanme aclarar
algo, me consta por experiencia propia que los requisitos que las iglesias
bautista tienen para con el cristiano que desea bautizarse responden a dos intereses
dignos y que no tienen mala intención: Asegurarse de que le creyente entienda el
evangelio y cumplir con la ley y tradición que exige los estatutos,
constituciones y/o reglamentos de la organización.
Mi reflexión está dirigida a que ésta
práctica atenta contra la naturaleza del bautismo. Creo que exageramos al
determinar que el cristiano para bautizarse debe conocer “toda” la teología y
la Biblia, y para eso debe pasar meses siendo educado, y aún me horrorizo con
el hecho de que hemos convertido al bautismo en el rito o requisito para la
inclusión de la iglesia como organización. ¿Dónde dice la Biblia que el
bautismo debe ser regulado por las constituciones o estatutos de las iglesias?
El bautismo cristiano de acuerdo
con la Biblia, es un testimonio externo de lo que ha ocurrido internamente en
la vida de un creyente. Lo llamamos ordenanza, junto a la Santa Cena, porque ambos son los símbolos que ilustran la
identificación de un creyente con la muerte de Cristo, Su entierro y Su
resurrección. En el bautismo cristiano, la acción de ser sumergido en el agua,
representa ser sepultado con Cristo. La acción de salir del agua representa la
resurrección de Cristo. La Biblia declara, “¿Acaso no
saben ustedes que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo
Jesús, en realidad fuimos bautizados para participar en Su muerte? Por tanto,
mediante el bautismo fuimos sepultados con él en Su muerte, a fin de que, así
como Cristo resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida
nueva” (Romanos 6:3-4)
Según la Biblia en el bautismo
cristiano deberían haber sólo dos requisitos antes de que una persona sea
bautizada: (1) la persona que está siendo bautizada debe haber confiado en
Jesucristo como Salvador, y (2) la persona debe entender lo que significa el
bautismo. Si una persona conoce al Señor Jesús como Salvador, entiende que el
bautismo cristiano es un paso de obediencia al proclamar públicamente su fe en
Cristo, y su deseo de ser bautizado, entonces no hay razón para impedir de ser
bautizado al creyente. Como dijo el pastor Adrián Rogers “No podemos
espiritualizar lo administrativo, ni administrar lo espiritual”.
De acuerdo con la Biblia, el
bautismo cristiano es simplemente un paso de obediencia, una proclamación
pública de la fe que uno profesa en Cristo solamente para salvación. Pero
nuestra práctica evangélica ha sustituido esta evidencia pública por la
práctica y exigencia de pasar a delante, o levantar la mano en medio de un
culto para confesar que se ha recibido a Cristo. PERO LA BIBLIA ENSEÑA QUE LA PRIMERA EVIDENCIA
DE HABER RECIBIDO A CRISTO COMO SEÑOR ES EL BAUTISMO. El bautismo cristiano es
importante porque es un paso de obediencia, repito, la declaración pública de la fe en Cristo y
compromiso con El. Veamos la evidencia bíblica:
"Así que, los que recibieron
su palabra fueron bautizados" (Hechos 2:41)
"Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua: ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó" (Hechos 8:36-38)
"Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua: ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó" (Hechos 8:36-38)
"Entonces una mujer llamada
Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios,
estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a
lo que Pablo decía. Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si
habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi cada, y posad. Y nos
obligó a quedarnos." (Hechos 16:14-15)
"Y Crispo, principal de la
sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y muchos de los corintios,
oyendo, creían y eran bautizados" (Hechos 18:8)
¿Puede usted ver el orden de eventos en la Gran Comisión? Debemos hacer discípulos ¿Cómo? Primero, bautizándoles y luego, enseñándoles. Aunque por razones buenas, hemos invertido el orden y eso ha causado que dentro de nuestras iglesias exista confusión, le negamos el derecho de bautizarse a otros porque “su condición no es apta para el bautismo” por alguna situación a juicio de los estatutos o constituciones.
"Pero Él se acercó y les dijo: Dios me ha dado todo el poder para gobernar en todo el universo. Ustedes vayan y hagan más discípulos mios en todos los países de la tierra. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Enséñenles a obedecer todo lo que yo les he enseñado..."
En conclusión:
1.- El bautismo es para obedecer un mandato del Señor. No otorga salvación, pero da al creyente la aprobación del Señor por testificar sobre su identificación con su Vida, Muerte y Resurrección.
En conclusión:
1.- El bautismo es para obedecer un mandato del Señor. No otorga salvación, pero da al creyente la aprobación del Señor por testificar sobre su identificación con su Vida, Muerte y Resurrección.
2.- Es el primer y único gran paso para dar testimonio de la identificación del creyente con Cristo, según lo examinado anteriormente.